miércoles, 24 de agosto de 2016

A mi amor platónico!

Aún recuerdo la primera vez que nos vimos, quizás tendríamos 7 u 8 años y como cada verano nos reencontrábamos en el pueblo. En esa época pecábamos de inocentes, nos dabamos piquitos los unos con los otros, empezábamos a jugar a la botella, y las hormonas empezaban a florecer por nuestro cuerpo.Los juegos de chiquillos como el escondite, la cadeneta o el simple hecho de quedar para cenar un bocata de lo que fuese en la plaza del pueblo iban quedando atrás.




Lo que parecía una tontería iba evolucionando y los sentimientos avanzaban hacía algo que nunca había conocido. Ya sabes que yo no era mucho de triunfar entre los chicos que digamos, pero siempre me quedaba la esperanza de que llegase el día en que te fijaras en mí. A mis amigas les parecía raro que aunque nos viésemos dos veces contadas al año despertases esos sentimientos en mí, y a veces hasta yo misma me asusaba de ese tren que había empezado a avanzar y no sabía por que camino seguiría, o si descarrilaría.

Cartas inocentes a lo largo del año, visitas en fechas señaladas como puentes, Semana Santa y verano. Tres épocas que daban para mucho, aunque fuese cuatro días contados. Cualquier excusa era buena para pasar un rato a tu lado, siempre disimulando para que no se notase que había algo más, porque sino pronto me ponía colorada y todo el mundo empezaría a sospechar. Aunque entre tú y yo (y ahora que nadie nos oye) creo que todos lo sabían, incluso tú, pero por no hacerme falsas esperanzas la cosa no avanzaba.



Quizás no lo creas, pero en esa época una simple mirada, un roce, los dos besos al vernos después de tanto tiempo, todo significaba, mucho.Pero cuando te veía con otras chicas...cuando las mirabas, o incluso cuando nos hacías saber a todos que tenías pareja, que mal lo pasaba. Siempre he odiado un poquito a todas esas chicas que han "tenido" algo contigo, porque ellas podían tenerte más para ellas, podrían disfrutar de tu cariño, tus caricias, tus besos.

Si, fuiste mi amor platónico. Dicen que es para toda la vida, aunque los sentimientos se vayan apagando, como en las relaciones, algo queda.

Pero nos veo ahora, cada uno con su vida, con un camino distinto en la vida y con unos objetivos muy distintos y pienso. Pienso en como nos habría ido juntos y me doy cuenta de que quizás todo fuese cosas de niños, de hormonas revolucionadas, de que fueses el guapete del grupo, porque probablemente no hubiese funcionado.
Fuiste una parte muy importante de mi vida, unas cuantas páginas de mi diario, bastantes buenas pero también alguna mala. 
Ahora la visión es otra. Nos vemos pocas veces al año, incluso hemos pasado largas temporadas sin vernos. Tu pareja me parece una chica encantadora. Eres y seguirás siendo el niño que me hacía tilín, por el que sufrí, lloré, pero con el que también soñé, reí y disfruté.

No llegaremos a ser pareja, pero sin duda siempre seremos grandes amigos. 




Toda persona vive una época en la que sus hormonas se alteran de manera desmesurada y además encuentran un motivo para hacerlo más. Ya sea un chico o una chica, consigue que nos palpite rápido el corazón cuando lo vemos, y que llegue a ebullición cuando nos sonríe, nos mira, y cuando nos besa... 

Y es que todos hemos experimentedo lo que es tener un amor platónico en nuestras vidas. Ese que nos hace sufrir pero que también nos ayuda a soñar, a desear, a imaginar.







No hay comentarios:

Publicar un comentario